lunes, 14 de julio de 2008

El principio del fin: pesca artesanal y pesca arrastre

El escenario es una crisis en el sector artesanal de pesca, agudizada por privados y por un gobierno que hace oídos sordos a sus demandas. Leyes congeladas, suicidios, hambre, familias destruidas y daños ambientales. ¿Será efectivamente la pesca industrial la causa de las desgracias de la pesca artesanal? ¿Será este otro de los conflictos gremiales sin resolver en nuestro país?

Por: Gabriel Abarca, Danilo Billiard y Hugo Henríquez

La caleta está casi vacía. Entre los botes, transitan los armadores poniendo las carnadas en los anzuelos y trabajan durante todo el día para la extracción nocturna, donde pese a los esfuerzos, los botes llegan de vuelta casi vacíos. Caminando por la caleta Portales encontramos a Mario Rojas, tesorero del sindicato de dicha caleta perteneciente a la federación Nuevo Amanecer, organización que agrupa a 10 caletas de la región y que se conformó hace 2 años. Nos cuenta la delicada situación por la que atraviesan los pescadores, de los costos familiares que trajo la desaparición de la merluza e incluso de suicidios entre sus propios compañeros.

El año pasado se desataron violentas protestas en rechazo a la pesca de arrastre, que para los pescadores artesanales es la causa de la desaparición de la biomasa de la merluza. Exigieron una solución al gobierno, el cual les ofreció un bono de 120 mil pesos durante cuatro meses y un proyecto productivo que se iniciará en julio y que contempla la extracción de Jibia. Los pescadores proponen la derogación de la actual ley de pesca y cerrar la quinta y sexta región para los buques de arrastre. Mario nos cuenta que siguen extrayendo merluza, pero en cantidades reducidas y especies juveniles que aún no han cumplido su ciclo de desarrollo para ser extraídas. Nos cuenta también que incluso, la falta de una fuente laboral generó una deserción de los pescadores hacia otras actividades productivas, donde cumplían una labor deficiente pues son hombres de mar y su especialización es la pesca.
Situación similar se vive en el puerto de San Antonio. En la lonja de Puertecito, específicamente en la sede del sindicato de pescadores, se observan numerosos carteles que muestran el descontento de los trabajadores del mar ante la situación existente. Reclaman por la demora en la ley que vetaría la pesca de arrastre pero hasta ahora no ha pasado nada. En el diario local El Líder de San Antonio, Cristian Miranda, vocero de la coordinadora de defensa por la pesca artesanal, manifestó que el gobierno no ha cumplido en los temas de la eliminación del arrastre y la mitigación, que es una especie de subsidio para los pescadores que atraviesan problemas económicos.

No solo en la quinta región se pasa por un periodo de vacas flacas en cuanto a la merluza, ya que en la octava región del Bio Bio los problemas son igual de graves. El desgaste de la pesca artesanal en las zonas de Talcahuano y Coronel coincide con la existencia de pesqueras industriales en la zona, tales como El Golfo y Pesquera Bio Bio. El dirigente del sindicato de pescadores de Talcahuano Marcos Vega, añade que los problemas que atraviesa hoy en día la pesca artesanal en su ciudad son producto de la pesca arrastre, y que no hay respeto por los marcos legales de las zonas donde se puede ejercer la pesca industrial.

“A este ritmo, se va a acabar el pescado en Chile”

La recuperación de la pesquería es un proceso que tardaría al menos 5 años, comenta Mario, y que los intereses del capitalismo son muy grandes en torno a la pesca. Piensa que “a ese ritmo, se va a acabar el pescado en Chile”, y plantea que de no recibir resoluciones del gobierno que respondan a las propuestas emitidas por los pescadores retomarán las movilizaciones, las cuales ya han causado impacto en ciudades como San Antonio en las últimas semanas de mayo, donde mas de 400 pescadores se enfrentaron a carabineros en una violenta protesta. “Preferimos morirnos luchando que morirnos de hambre”, fue uno de los últimos comentarios de un emocionado Mario Rojas, quien proviniendo de una tradición pescadora heredada por su familia, ve como la actividad que le ha dado el sustento durante toda la vida se encuentra en riesgo, producto de los intereses del mercado.

Al finalizar, nos comentó que con esto subirá el precio del pescado en una región que es por excelencia “merluzera”, dichos que coinciden con lo planteado por Patricio Gálvez, biólogo marino del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP). Rojas nos puso como ejemplo el caso del Salmón en relación a la merluza, siendo la primera una especie cultivable que tiene un precio poco accesible para la gente de trabajo, y que en cambio la merluza siempre ha sido un producto de bajo precio por la gran cantidad que existía de esta especie en las costas porteñas y de la región.

De hecho, la merma en la merluza común se arrastra desde los años 2002 y 2003, lo que da cuenta de una crisis que no es reciente, de acuerdo a las palabras del biólogo marino. Gálvez agregó que la especie se ha visto afectada en su talla, la que ha disminuido entre 10 a 12 centímetros, generando que el producto extraído sea deficiente. Por su parte, Liliana Maritano, secretaria regional del Sernapesca, alude a que los detalles técnicos acerca de la conservación de la merluza dependen de los estudios realizados por el IFOP, los cuales han arrojado la pobreza del suelo marino producto de la poca existencia de recurso.

A esto el biólogo del IFOP señala que la poca cantidad de merluza no solo responde al arrastre, al cual considera como un factor determinante que afecta a los recursos, ya que tambien se presenta el canibalismo, propio en la especie, donde los más grandes se comen a los juveniles. Además la depredación por parte de la jibia, animal que no es endémico de nuestras costas y los cambios en las temperaturas del agua, las que tienden a enfriarse serian variables al momento de estudiar la disminución del recurso, aunque hoy por hoy no existe una evidencia científica de la real causa de la mengua de la especie.

¿Existe fiscalización?

La directora del Sernapesca indicó que antes se sobrepasaban los límites marítimos para la extracción del recurso, cosa que hoy no ocurre, de acuerdo a sus palabras. Esto debido a que desde 1997 se implementó un sistema de posicionador satelital, el cual registra los límites de pesca e identifica cuando una nave sobrepasa estos operando sobre esas aguas. En cuanto a la captura, el articulo nº 4, decreto 1789 emanado desde la subsecretaría de pesca señala que “el armador o grupo de armadores que sobrepase el límite máximo de captura establecido en el ultimo año, al año siguiente deberá paralizar por dos meses las actividades pesqueras extractivas de todas las naves que dieron origen a su limite máximo de captura”. Acá se hace presente un límite territorial y uno de extracción, donde ambos al ser desatendidos serán sancionados. Ante los reclamos de los pescadores artesanales sobre el no respeto de las cinco millas marítimas, Maritano señaló que probablemente desde los botes los pescadores tienen otra óptica de los límites. A esto, agregó que los pescadores artesanales si pueden pasar el límite de las cinco millas, incluso algunos han llegado a la milla sesenta tras la albacora, pero no así las naves de pesca de arrastre.
En el sitio Web de la pesquera El Golfo, ubicada en Talcahuano, se señala la importancia del marco regulador de la pesca, mencionando que “desde el año 2001, Chile cuenta con una nueva legislación que busca proteger sus recursos marinos, promoviendo una extracción racional y sustentable en el tiempo, fijando cuotas anuales de captura de las principales especies por compañía. Estas cuotas fueron establecidas en base a estudios de la biomasa disponible y regirán durante diez años”. A esto, agregan que “bajo este marco regulatorio, El Golfo S.A. confirma su permanente compromiso y preocupación por el medio ambiente y el desarrollo de la pesca sustentable”. Bajo esta premisa, todo debería marchar bien, pero entonces ¿Por qué reclaman los artesanales? ¿Por qué sus caletas ya no son las mismas? Mario Rojas recordaba como antes la gente iba al mercado y podía degustar de un “rico plato de merluza ahumada con papas mayo” a un precio popular. Hoy este mismo plato supera los cinco mil pesos.
Marcos Vega es enfático al señalar que “hoy no se respetan los límites”. Reconoce la existencia de un cuerpo legal que controla la pesca de arrastre pero dice que la fiscalización por parte del gobierno es nula. Maritano por su parte señala que se realizó una licitación a empresas externas para la fiscalización de los navíos, los cuales deben estar diez minutos antes de que el barco atraque, siendo estos los entes que certifican los desembarques. El dueño del barco debe llenar un formulario que se hace llegar al Sernapesca, el cual es validado por la empresa certificadora. La presencia de externos en el proceso de fiscalización es argumentada por la directora regional debido a que no podían estar presentes en cada desembarco, donde el desacato a esta normativa lleva a un descuento de un 30% del límite productivo de aquella empresa.

Entonces el dilema es que si existe un sistema de fiscalización, que primeramente no es gubernamental sino de privados, y que de acuerdo a las palabras de los pescadores artesanales, los marcos jurídicos establecidos en cuanto a límites y cantidades de extracción no son respetados. Ante dos opiniones diametralmente opuestas, ¿a quien creerle? Lo cierto es que la merluza cada vez es más escasa y que los artesanales cada día llegan con menos alimento a sus hogares.

Y nada quedara…

A comienzo de los ’90, un dúo chileno llamado “La Sociedad” entonaba un canto que se transformó en uno de sus éxitos más escuchados: Nada quedará. Tal parece que el mismo camino tomará el recurso vital para los pescadores, con el cual pueden llevar el sustento a sus hogares, faena que cada día es más complicada. Y es que realmente queda muy poca merluza, de acuerdo a fuentes del IFOP. Eso de que nuestra región era netamente merluzera ya no va más. Los recursos se han ido. Y los pescadores tambien.

Y es que ya hemos visto por todos lados como suben de precio elementos básicos de subsistencia, tales como el arroz, el pan, algunas frutas y verduras, por mencionar algunos ejemplos. Y la tendencia es que ante la escasez, el precio sube, y en gran manera. Eso es tangible. Entonces, la lógica de la merluza será la misma. De hecho, Mario Rojas nos contaba lo que cuesta comprar pescado en estos tiempos. Suben los precios y no hay trabajo, porque del recurso extraído prácticamente nada quedará.

Lo que queda entonces es establecer responsabilidades al momento de hacer un balance en esta crisis. Los pescadores artesanales dicen que la culpa es de la pesca industrial, que sería la causante de la escasez y del daño ecológico del suelo marino. Por su parte, El Golfo S.A. menciona en su sitio web que “para Pesquera El Golfo, uno de los aspectos más relevantes en su relación con el entorno es su compromiso con el medio ambiente. Es una responsabilidad que no se entiende solamente como una obligación con la comunidad, sino que también como una necesidad vital para la sustentación y permanencia de sus operaciones”. Sernapesca agrega que existen reglamentos que se encargan de vigilar la mantención armónica de los recursos del mar. IFOP señala que, tanto la pesca artesanal como la de arrastre tienen un impacto ecológico, pero que el del primero es mucho menor, siendo la pesca industrial un factor que si tiene un alto impacto, aunque aclaran que no es el único.

Y aunque no sea el único, la pesca de arrastre ha tenido y seguirá teniendo implicancias en el medio ambiente, ya que sus métodos extractivos arrasan con todo lo que hay a su paso. Mario nos decía que los intereses del capitalismo son muy grandes en torno a la pesca. El golfo dice que “nuestra meta es producir con la máxima calidad y eficiencia, para satisfacer la exigente demanda y la compleja dinámica del mercado”. Y aunque como nos decía Patricio Gálvez que no hay estudios científicos que comprueben el porque de la desaparición paulatina de la merluza, lo cierto es que la pesca de arrastre está acabando no solo con los peces, sino que con miles de familias que viven del mar, y que hoy no encuentran el sustento para vivir.

Luego de conocer de cerca la realidad de los pescadores, sus historias de vida y el verdadero drama familiar que han significado estos tiempos de crisis, vemos como una vez más la voluntad política de quienes tienen en sus manos el deber de salvaguardar los intereses de la sociedad no es puesta a prueba. ´

Mario nos insistió en que “les estaban dando pastillas”, aludiendo a que negociaciones existen, pero que soluciones no. Desde una conciencia que no se limita a su propio gremio, se mostraba preocupado por el alza de bienes de consumo para la comunidad y como el comer un plato de pescado con agregado hoy resulta bastante caro.

Sin duda, y sea cual sea el motivo fundamental de la desaparición de la biomasa de la merluza, los hombres, en aras de un eventual progreso (o conocido como crecimiento económico) hemos avasallado nuestro entorno natural, talando bosques, instalando chimeneas en medio de las ciudades y extrayendo la mayor cantidad de recursos del mar, para después preguntarnos quién tiene la culpa del calentamiento global, convirtiendo el desarrollo sustentable en un eufemismo que esconde la cruda realidad con que operan las lógicas del mercado en una sociedad compuesta por personas y no por mercancías.

Las democracias modernas parecen no responder a las necesidades de una población que ve con preocupación como su destino se vuelve cada vez más inestable. Los canales formales de participación política se transforman en un mero conducto transmisor de reclamos que se acumulan en algún libro de actas de un ministerio cualquiera, pero que no son tomados en cuenta. La movilización social, como las realizadas por los pescadores, es crudamente reprimida pues no representa el espíritu democrático de la actual sociedad chilena, pero sin embargo es la única manera que tuvieron los hombres de mar para obtener un bono de 120 mil pesos que duró tan sólo 4 meses, cuando la merluza les ha dado la subsistencia durante toda la vida.

Este seguirá siendo un tema para la reflexión y que nos exigirá a nosotros una postura frente a estas problemáticas, en esta particular democracia que tenemos los chilenos y que tan encarnizadamente defienden nuestros líderes políticos, que dicen ser quienes la recuperaron, le pregunta es para qué lo hicieron.

5 comentarios:

Fernando dijo...

Es innegable que aquí siempre se hace la vista gorda cuando se trata de grandes empresas, no se si es para bajar estadísticas de desempleo o por recolección de impuestos, no hay preocupación por la depredación de los recursos, contaminación e impacto sobre la población.
Muy buena publicación saludos

Alma Mia dijo...

Mi Lindo Gran Compañerito: Por todo el Gran aporte que haces a este mundo bloquero... Te he dejado un Lindo Regalito (me llegó desde Méjico a mi casita) que quiero compartir contigo.
Tráelo... y pon porqué te lo regalé.
Un fuerte abrazo Revolucionario!!
...Con Cariño.
Nori.

Alexandra Neira dijo...

Realmente no lo leí, estoy en cama enfermita pero aún así te paso a dejar mis saludos.
Hace rato que no se de ti.
Besos

duda dijo...

Mermeladas! Tampoco lo he leido... bueno, el primer y segundo parrafo tal vez y el post de la alaxandra. Pero que bueno que te preocupes de estas cosas, los peces te lo agradeceran ;)

Alexandra Neira dijo...

Shhh
no pasaba hace tiempo por aquí y pensé me encontraría con mucho que leer, pero veo que no es así..cero actualización chiquillo.
Como no has actualizado me sigo negando a leer lo de la pesca ...que tanto !!! jajaaj

Saludoooos